¿El Titanic o el Arca de Noé?



Últimamente me hago esa interrogación, ¿donde putas estoy? ¿Es este el Titanic o el Arca de Noé?

Ya teníamos ratas, pingüinos, topos, zopilotes, pescados congelados, hipopótamos, sapos, serpientes y más de un cuadrúpedo acéfalo dentro de la tripulación; pero ahora tenemos una gallina y un zaguate.

Una hijueputa gallina que está asesinando de hambre a las infortunadas lombrices y dedicándose a dejar atiborrado de cuitas el corredor. Para que no faltara emerge en escena un sarnoso que la carrerea por toda la plataforma de este navío.

Pero mi gran incertidumbre es sobre la fortuna que correrá la emplumada. Aparentemente a la gallina ya le apareció una propietaria que está esperando que tenga un poquito más de pechuga para darle por la jupa. No voy a señalar nombres pero creo que ya tiene antecedentes de apropiarse de cosas ajenas y cobrar por algunos favores que, por su noble corazón y deseo de ayudar a la gente, realiza con toda devoción.

Aunque dicen que La Garrotera, que tiene a la colectividad embejucada, planea rifar un pollo asado y una caja de birras para el baile que está organizando.

Así que cuando desaparezca la emplumada, tendremos alguna noción del destino que corrió.

Pero filosofando sobre la aparición de esos dos polizontes me surgen las grandes dudas:

o ¿Será esta gallina la salvación de nuestro navío?
o ¿Vendrá a tomar el timón?
o ¿Cómo acabará su historia?
o ¿Será esto una señal del más allá?
o ¿Es esto una metáfora de nuestro propio destino?

Tenemos un guato que viene a representar el poder de sangre azul lleno de sarna y parásitos que subyuga toda la embarcación y que con tal de comer deja sin alimento a los demás, aplicando la trillada “ley del embudo” y solo se preocupa de no hacer nada y joder a los demás.

Una gallina que, más abajo, es intimidada y coaccionada por el guato y que debe luchar por su vida sorteándose las acometidas del perro para poder subsistir la cual, al buscar el sustento propio, deja poco a las pobres lombrices y que solo sirve para andar dejando mierda por todos lados.

Y por último, las lombrices que vienen a ser la insignificante tripulación, las cuales pueden llegar a morir de hambre hundidas en medio de la porquería, lamentándose de los males que la aquejan y que con costo agarrarán los frijoles, por que ni a la gallina ni al perro les gustan.

Es el colmo, creo que me la fumé muy verde y con semillas, pero de verdad parece un reflejo de nosotros.

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