Transcribo acá este comentario ya que parece que el apartado para la discucion del TLC no es muy visitada, sorry webmaster!!
Artículo de Fernando Contreras (que sin su permiso voy a publicar) que creo que resume el sentimiento de miles y miles de personas a lo largo y ancho de nuestro país.
Fernando Contreras es uno de los escritores costarricenses contemporáneos más importantes, su prosa se puede disfutar en obras como Única mirando al Mar y Los Peor . Uno de sus libros es (o solía ser) de lectura obligatoria en secundaria.
Las verdaderas caras del NO
Las verdaderas caras del NO no son las de cuatro o cinco figurones que esperan remuneración política por un liderazgo que nadie ha pedido, y que tampoco nadie acata, ni es la cara de Fidel, ni es la cara del Coco con que asustan a los niños en este país: ¡la del comunismo!
Es más complejo que eso. El NO al TLC ha llegado a las caras de las gentes, pero ha salido de sus corazones.
No hay líderes. Hay organizaciones comunales contra el TLC. Hay grupos de jóvenes hablando persona a persona en las calles y en las ferias. No hay publicidad millonaria, pero hay gente conversando en los buses, en las filas del Seguro Social, en los bares, por todas partes. Y esos son los gestos que conforman las caras verdaderas del NO.
No hay ningún partido arreando incautos; por lo tanto no hay banderas, ni hay compromisos más allá del de seguir siendo soberanos.
Lo que el NO ha logrado, no lo ha logrado nadie en este país, y es la participación de todos en un debate de consecuencias históricas.
Salgo a las calles y veo las caras verdaderas del NO, y en cada una, me reconozco a mí mismo.
El sector político-empresarial que ostenta el poder en Costa Rica, no esperaba esto. El TLC es su proyecto, y pensaba que pasaría más bien inadvertido, mientras el pueblo se desgalillaba en algún partido de futbol. La sorpresa, y gran ganancia, considero, fue que a las narices del pueblo llegó el olor de la podredumbre, y lo alertó.
El gobierno, la televisión y los periódicos hacen lo indecible para distraer la atención de la gente: un presidente impopular, un futbolista portentoso, un astronauta virtuoso, un pianista lunático… ¡qué más faltará por ver! Editoriales delirantes, columnistas que ya no encuentran un insulto más para proferirlo contra las universidades públicas… y con todo ello, no logran que la gente se olvide del tema, ni que las universidades se callen, ni que
Este país no puede devolverse de este punto. No fantaseo con haber alcanzado la madurez política, pero creo que el pueblo está haciendo un importante ejercicio de conciencia y de criterio. Por encima de partidos tradicionales y de candidatos hereditarios, el pueblo se ha encontrado consigo mismo en una discusión que sienta las bases para lo que será el comportamiento político del pueblo de ahora en adelante.
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